Campeones invisibles…

Contrario a lo que mucha gente puede pensar… en algún momento de mi vida practique varios deportes.  De pequeño jugué baseball, estuve en un equipo de los “Trotamunditos” en Basketball y algunas veces cubrí una portería de fútbol.  EN ABSOLUTAMENTE TODOS LOS DEPORTES FUI PÉSIMO.  Era siempre el ultimo que escogían en los equipos.  Alguna vez fui humillado protagonizando una pelea entre los muchachos que escogían los equipos por ver quien se quedaba conmigo: EL GORDO ES TUYO… NO -decia el otro-, QUEDATELO TU!.  Así de malo era en los deportes.

Con todo, no me desanimaba.  Lo que mas me gustaba (y aun hoy me gusta, solo que ahora lo juego en PS3) es el Basketball.  Nunca dejaba de ir a practicar mis tiros, tratar de driblar y a lo mas que llegue fue a pasarme el balón entre las piernas o darle la vuelta a la pelota y ponerla en mi dedo (a lo Harlem Globetrotter) pero la verdad nunca fui bueno.  Yo era de los que completaba un tres para tres.  Si tenia suerte y jugaba con dos “buenos” solo ahí conocía la victoria.  No era de los que marcaba puntos…  era de los que pasaba el balón y sacaba.  Tengo medallas de “Acampante mas glotón” (en serio, pregúntenle a mi familia) pero nunca tuve medalla o trofeo en ningún deporte.  Ni siquiera un diploma de agradecimiento por participar.

Pero hubo un día… ohhhh, que día!!! esta grabado en mi memoria con calidad 1080p.  No era un torneo, no era un día especial.  Fue una tarde, en la cancha de asfalto de los Rojos en mi urbanización en Guacara.  Jugamos mi amigo Diego (que si jugaba tremendamente bien) y yo.  Era un “DOS PA’ DOS”.  Recuerdo solo uno de los dos oponentes nuestros esa tarde, no lo mencionare porque tengo entendido que falleció… pero el era un muuuy buen jugador.

La partida comenzó y la primera cesta la hice yo…  A MI MISMO ME SORPRENDIÓ!.  Yo había practicado ese disparo y muchas veces acertaba pero una cosa era practicarlo yo solo y otra distinta era convertirlo JUGANDO.  Nadie lo celebro… fue solo una cesta (es mas ni siquiera había “publico” esa tarde.  Eramos nosotros cuatro y la cancha, nada ni nadie mas).  Fue avanzando el partido y ganamos algo así como 10-3.  Yo solo convertí esa primera cesta.

Como no había nadie “PARADO”, simplemente comenzamos otra partida.  Yo era marcado por este muchacho y comencé a jugar cada vez con mas confianza (porque siempre era muy intimidante tener en mi cabeza que el era “mejor jugador” que yo).  Me olvide de que yo era realmente malo y empece a jugar lo mejor que pudiera.  Los pases empezaron a fluir, Diego disparaba y metía cestas y de repente me dije… yo también puedo lanzar al aro de vez en cuando.  Lo hice y empece a anotar puntos.  Volvimos a ganar la segunda partida y trajo en seguida la cuarta, la quinta, la sexta partida.

Yo no se cuantas fueron… solo perdimos una esa tarde.  Yo anote mas puntos esa tarde que la suma de todos los puntos del año anterior.  Solo una vez, oí a este contrincante gritar al yo anotar una una cesta… “@#$@#%#, que le pasa a este gordo #%#^$$# hoy?” (sustituya símbolos por la palabrota de su preferencia).

Fue mi tarde de gloria, mi campeonato personal, en mi corazón hubo ceremonia de premiacion, entrevistas, titulares de prensa pero en la realidad esa tarde termino como cualquier otra tarde de basketball… sudados tomándonos una PEPSI-COLA familiar cada uno.  Estoy seguro que Diego no recuerda esa tarde… para el fue habitualmente buena.  Ni siquiera comentamos los resultados… nos fuimos a casa y cada quien siguió con su vida, seguimos jugando por incontables tardes pero nunca volví a jugar como jugué esa tarde.   Esa tarde yo había sido CAMPEÓN.  Y es la primera vez que lo expreso.  Esa tarde jugué como nunca había jugado jamas.  Fui, tan bueno como los buenos jugadores.

basket

No nos pasa así a veces en la vida espiritual…?

Tenemos la tarde de gloria… pero nadie se entera sino solo tu.  Cambiamos nuestra miseria por una buena acción secreta y solo lo celebras tú.  Cuantas conquistas hemos tenido sin haberle dicho nada a nadie.  Una ofrenda grande o pequeña a algún necesitado.  Una sonrisa a la persona que mas nos cuesta.  Un favor importante o tonto a alguien a quien en otras circunstancias no ayudaríamos.  Solo por haber experimentado lo que era el campeonato esa tarde puedo reconocer y diferenciar cuando mi corazón esta de fiesta celebrando otro nuevo CAMPEONATO ESPIRITUAL.

No hay entrevistas en EWTN, o titulares que leer en ACIPRENSA.  Pequeñas conquistas que nos hacen reír.  De un tiempo para acá, lo confieso… ya no lo hago por mi: celebro mis campeonatos para hacer reír a Dios.  No se si esa tarde el creador estaba atendiendo un asunto intergalactico, creando dos estrellas nuevas o barriendo con su aliento las arenas del mar… no se si el recordara mi tarde de campeonato en basketball.

Lo que si se, es que se ha sonreído cuando he conquistado una copa espiritual… solo El y yo sabemos cuales y cuantas han sido las ocasiones y de mi parte así quedaran… en secreto.

“Cuídense de no hacer sus obras de justicia delante de la gente para
llamar la atención. 
Si actúan así, su Padre que está en el
cielo no les dará ninguna recompensa” (Mateo 6:1)

Nunca antes había sido tan maravilloso ser un CAMPEÓN INVISIBLE.

2 Comments

  1. Bueno Juan Carlos es realmente gratificante leerte. Es también gratificante presentar a Cristo a los demás, y que esa presentación quede entre él y uno mismo. (Mt.6,1) ¡Que satisfactorio es para uno presentar al mejor amigo que uno tiene (Jesús) a los demás y ver como van siendo cada vez mas amigos de él (incluso mas amigos que uno mismo): Eso es Evangelizar!. Dios nos Bendiga, mis saludos a Yesica y hasta mañana en la comunión!

  2. Juan says:

    ..y a mi me discriminaban en basket por flaquito, jajajaja. Lo cierto es que hasta que no nos creemos que somos campeones y a tener confianza en nosotros mismos no somos capaces ver lo que Dios puede hacer, debemos creernos hijos del Dios, no estamos huérfanos, y como hijos del rey actuar sin complejos. Me ha ecantando tu post!

Leave a Comment