Alguna vez reflexionaba sobre lo enfermizo que me resulto darme cuenta la influencia de las redes sociales en mi vida… y en la forma como ahora se esta imponiendo como moda en el ejercicio del Cristianismo.
Mi oración en ese tiempo era: Señor, líbrame de ser Cristiano de red social!!!
No comprendo como hay en Twitter y Facebook personas que mezclan lo dulce y lo amargo todo en un solo empasto. Hacen las mas sublimes oraciones (aunque siempre he pensado que mas que hacerlas, las copian -de internet, de algún otro muro o usuario, da lo mismo-) y cuando interactuas con ellos son SECOS COMO UNA TEJA AL SOL.
La Palabra en la que he meditado mientras escribo este post es muy fuerte. Cuando la bondad de Dios se manifiesta no hay nada mas sublime y bondadoso. Así mismo, cuando Dios se enoja… los cimientos de la tierra han de temblar ante su ira.
Mateo 23: 27-28
“¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que son como sepulcros blanqueados.
Por fuera lucen hermosos pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de podredumbre.
Así también ustedes, por fuera dan la impresión de ser justos pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad”.
La palabra hipócrita viene de la raíz griega “jupokrites” que significa: actor. Vivimos entre actores?, nos movemos entre actores? o peor aun estoy siendo yo parte de la obra…? estamos siendo nosotros actores?. Que duro interpelarse sobre esto.
Vivir un Cristianismo que no rete nuestra integridad es actuar. Escribir un Tweet cristiano no me dará aprobación de Dios. Actualizar mi estado en Facebook no respaldara mi modo de vida si no estoy dispuesto a retar mi zona de confort. Si no tiendo la mano al necesitado no importa cuantas fotos con mensajes cristianos publique mi cuenta de instagram, como dice Pablo… no soy mas que campana que resuena, un platillo que solo hace ruido.
Desde cuando no retamos nuestra comodidad? Hace cuanto tiempo acostumbramos nuestros gustos a “la ley del menor esfuerzo”. Muchas veces he confundido la misericordia con el hermano que se equivoca con la complacencia ante mediocridad espiritual. NO HABLO DE LOS DEMÁS… ESCRIBO ESTO PARA MI PROPIA EDIFICACIÓN.
El hermano “fulano” es iracundo… lleva años tratando de cambiar, Dios va haciendo su obra poco a poco… tenganle paciencia. Y a la primera oportunidad arranca en ira contra los hermanos. Diagnostico: la asistencia del Espíritu Santo provee las herramientas necesarias para que el iracundo controle su carácter. La mediocridad endosa un cheque en blanco de la cuenta de la misericordia de Dios para permitirle los arranques de ira porque “DIOS ENTIENDE”.
Nuestra hermana “Sutana” forma parte de nuestro grupo. Es muy ungida, reza el rosario muy bonito pero ella solo viene a los compromisos que quiere porque se ofende si le decimos que esta faltando mucho. Diagnostico: No existen los cristianos “no practicantes” y menos los “servidores” no comprometidos. La mediocridad adormece la conciencia y convierte a la hermana “Sutana” en lastre para que la obra de Dios se eleve.
El ministerio “Mengano” canta que da gusto… tienen asignada la misa de los sábados a las 5:30 pm pero nunca sabemos si vendrán o no hasta 20 minutos antes que comience la misa. Le hace un gran bien a la liturgia tenerlos porque casi todos los cantantes son profesionales, no se les puede pedir mayor compromiso. Diagnostico: Se canta y predica a Dios por diversas razones. Cuando una de ellas es proyección personal, plataforma, la búsqueda de figurar nuestra ofrenda no es agradable. Dios puede que respalde su inconstante servicio pero nunca lo aprobará. La mediocridad justifica la falta de compromiso del ministerio “Mengano” porque para que Dios bendiga nuestra carrera como cantante secular -como si el don fuera de ellos- nos “dignamos” a sacar DOOOOOOS HOOOOOORAS de nuestro ocupado tiempo para cantar una misa en la parroquia.
El empresario “Don billete” es generoso para las cosas de Dios. No hay obra que le sea presentada que el no emita sin chiste un cheque para hacer prosperar la obra del Reino. No le pidamos que vaya a misa o exijamos que enderece su vida inmoral, no sea que se nos ofenda el benefactor. Diagnostico: Cuando la billetera mide nuestro nivel de compromiso en la iglesia pensamos que Dios nos prospera porque nos “necesita”. La mediocridad esconde detrás de un escritorio de madera fina un hombre que acostumbrado a hacer negocios piensa que una alianza estratégica con Dios a nivel financiero compra o garantiza la salvación o la prosperidad.
Un sepulcro blanqueado me hace pensar en “cal”. La cal es oxido de calcio… u oxido de calcio de magnesio. Se usa desde tiempos ancestrales para las mas diversas tareas. Sus aplicaciones en cualquier campo de la vida son prácticamente incontables. Existen dos corrientes o dos versiones sobre la aplicación de este termino teológicamente hablando en Mateo 23: 27-28: La primera nos explica que los sepulcros se blanquean para darles una apariencia más agradable, aceptable y de una limpieza y pureza que en realidad no tienen. Se realizaba (el blanqueamiento) a las tumbas en los alrededores de Jerusalén un mes antes de la Pascua para evitar que nadie quedara inmundo en este período especial de adoración por haber tocado una tumba accidentalmente. La otra es que utilizando esa misma solución (agua + cal) se preservaban las tumbas de la acción del tiempo y de los insectos, gusanos, moscas, etc. además que la cal neutraliza todo olor putrefacto que pueda salir de las sepulturas. Cuando dentro de la tumba los cuerpos empezaban a descomponerse, el blanquearla le daba un aspecto “sobrio” tal vez “elegante” a una tumba. Aunque por dentro llevara la mas grande putrefacción que se pueda imaginar.
Nuestra sociedad hoy en día nos empuja a ser ambiguos. A doblegar criterios dependiendo de con quien estemos pasando la tarde. Pero el reto esta ahí… me impacienta, me incomoda, me interpela… No quiero ser un actor. No quiero disfrazarme de Cristiano. Quiero serlo. No quiero ser un sepulcro blanqueado… quiero ser aposento donde al Espíritu Santo le guste morar.
Creo que por esta doble moral en el mundo es que Papa Francisco esta causando tanta influencia positiva. No entienden por que un hombre que ocupe la posición que ocupa no quiera cambiar los zapatos con los que se siente cómodo. Elogia como “poco común” la humildad de un hombre cercano con “olor a oveja”. Las cosas torcidas se impusieron en la sociedad y lo coherente (como ha debido ser siempre) ahora es territorio no explorado para esta misma sociedad en crisis.
No me abisma que el papa regale su solideo. No me asombra que se siente en un banco de iglesia a rezar un rato. No me asombra que abrace a un mendigo o aun enfermo de SIDA o a un adicto a las drogas. No me asombra que visite una cárcel y confiese a algún prisionero. Todo esto es su deber cristiano como testigo de Jesús, creo que si le preguntáramos nos diría (en tono de argentino): “Cheeee, yo estoy haciendo nada mas lo que siempre he hecho, es lo que me toca”. ME LLENA DE MIEDO SI, QUE NO ESTEMOS NOSOTROS HACIENDO LO MISMO.
En este taller de actuación se impone mas ponernos buena ropa para ir a misa… aunque mintamos en nuestra declaración de impuesto. Da mas tranquilidad gastar en OTRA biblia con canto dorado… que poner algún dinero en las manos de un indigente. Genera mas placer girar un cheque gordo de mi empresa a cualquier obra de caridad que interesarme por el bienestar de la gente que trabaja para mi con sueldos miserables. Funciona mas eficientemente para conciliar el sueño escribir un mensaje cristiano en mi facebook, que ir hasta la casa de algún familiar peleado y pedir perdón (aunque no haya sido yo el culpable).
Afinemos el ojo y veremos a muchos a nuestro alrededor… ensayando! Porque en cualquier momento entran en escena. Líbrame Señor de jamas ganarme un Oscar en esa categoría. Amén!