El dilema de “dejarse caer”

Han habido cosas que, o bien no pude hacer, o no he podido hacer todavia por motivo de mi peso y contextura. No lo digo ni con orgullo ni con verguenza, peso mas de 400 libras (180 kilos). Hay algunas cosas para las que siento, especialmente ahora que me acerco peligrosamente a los 40 años, que ya no podria hacer ni perdiendo 50 kilos. Otras que se que poniendo algo de empeño podrían volver a mi lista de posibles. Siempre fui de esta contextura… nunca me he sentido limitado a hacer casi nada de lo que me haya provocado hacer. Recuerdo que alguna vez, a mi papa (que siempre marcaba el ritmo de casi todo en la casa y a quien siempre le daban temas medio extraños con la comida) le dio por “hacernos vegetarianos”, yo tendria 7-8 años, quiza en ese tiempo no fui “gordito” pero del resto, cuando le doy “play” al cassette de los recuerdos… en todos aparezco: como decia mi abuelo Ramon “bien maizia´o”…

El caso es que habian cosas que otros amigos y primos podian darse el lujo de hacer que yo nunca pude, esencialmente por el hecho de estar “excedido de encanto”. Habian carros de metal para “niños de tamaño normal” en los que nunca me pude montar ni manejar… sillas voladoras en las que la cadena de seguridad no alcanzaba a rodearme… Salvavidas inflables en forma de rosca que, o me ponia hasta debajo de los hombros o hasta antes de la cadera razón por la cual nunca pude flotar como los otros niños con un salvavidas a la cintura. Casi nunca pude usar franelas “de moda” porque la moda no incluía a niños “de mi talla”… NINGUNA de esas cosas me creo complejo, ya estoy “viejo” para eso pero, hay una que todavia quisiera hacer pero me da miedo… En inglés se llama “trust fall”… algo así como “dejarse caer con confianza”. Si escriben “trust fall fail” en youtube podran pasar un buen rato riendose… pero ese no es mi tema ahora. Si eres del 1-2% de la gente que no sabe de que se trata el “trust fall” lo explico en una oracion: te cruzas de brazos a espaldas de alguien y sin avisar, te dejas caer hacia atrás confiando que esa persona te atrapará antes de que caigas al suelo.

Ni de adoslescente, ni menos ahora de adulto me he atrevido a “confiarme”… esencialmente, por lo que he explicado anteriormente. Siempre fui el mas “fortachon” del grupo… decenas de gentes se confiaron a mi para que los “atajara” en un trust fall… pero era (y sigo siendo) demasiado pesado para que alguien me hiciera (o haga) un “trust fall’ a mi.

Hasta el dia de hoy no siento haber encontrado alguien que considere lo suficientemente fuerte como para decir “con este si lo puedo hacer sin miedo a que aparezca en la lista de resultados de youtube”… aunque si esa persona apareciera me lo pensaría muchisimas veces antes de hacerlo y tengo por seguro que si lo hiciera, le quitaría a Yessica el telefono de la mano antes, para evitar que grabe mi “potencial caída”.

Es tragi-comico como a veces nuestros conceptos humanos dirigen o influyen nuestra vida espiritual… Cometemos (Ok, voy a hablar en primera persona para evitar sonar mas inteligente que nadie). Cometo el error de pensar que mi relación con Jesucristo aunque es personal, no es “persona a persona”. Cuando realmente es “persona-Dios”. Entre una persona cuyas fuerzas, poder y auto-suficiencia son finitos como yo con un Dios que no conoce limitaciones, cuyo poder es inconmensurable y no necesita pedir favores porque todo lo puede. Hoy me he dado cuenta de las tantas veces que Dios me ha pedido hagamos un “trust fall” y he decidido no aceptar su invitacion… “déjate caer… Yo te atrapo”. Por el hecho de no haber nunca encontrado a nadie (ser humano comun y corriente) lo suficientemente fuerte para sostenerme, me cuesta -horrores- dejarme caer en El… que tonto pensar que Dios es un ser humano corriente. Hoy vi un destello de su gloria sobre nuestras vidas, fue un micro-segundo! Estaba como ha sido costumbre ultimamente, muy ansioso por el futuro… no me dejó ver lo que nos espera a mí y a Yessica… no es su estilo. En cambio me regalo “una instantanea”. La vision no duró tanto como para describirla en detalle pero ese microinstante fue suficiente… Hasta hoy me había preguntado por que me gustaba tanto una palabra en italiano… hoy finalmente lo entendí porque fue lo que Dios me concedió experimentar. Un “attimo”, un “brevissimo spazio di tempo”. Su etimologia viene del latin “atõmo” o “atomo”, eso me dio… eso me basto. TODO VA A ESTAR BIEN…

Me era dificil conciliar el sueño esta noche… hasta ese “attimo”. Me dijo con una imagen que duró una fraccion de segundo: “Dejate caer, aqui estoy yo” Lo hice y la sensacion fue como siempre imagine que seria: Emocionante! Cruce mis brazos espirituales, cerre los ojos espirituales y dejé que mi peso espiritual hiciera lo que a mi peso corporal aún no se atreve. Al momento de terminar esta entrada… bostezo pensando que despues de esto no sera complicado dormirme… dejarme caer ya no es un dilema… al menos espiritualmente!

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