Se que esta entrada me tomará mas de un día para ser completada… Había pensado y orado mucho para comenzar a escribir sobre estos temas (no será fácil, pues básicamente será una aproximación bastante atrevida de mis más profundas convicciones y deseos como cristiano, muchas de ellas vienen casi siempre “rebajadas” de alcalinidad por las cercanas circunstancias que me toca vivir). No escribo de manera reaccionaria… Cuando hablo de mis experiencias y vivencias no intento increpar a nadie ni sentar a nadie en el banquillo de los acusados (pero si la Palabra interpela al lector quiero que quede claro que no soy yo quien desafía sino alguien mucho mas grande y sabio que yo). Quienes me conocen, saben (a veces por triste fortuna) que no me ando con rodeos. Digo lo que pienso consciente de sus consecuencias y soy dueño de lo que callo.
En días pasados decidí comenzar una dieta de desintoxicación… Aún no para la que tiene que ver con alimentación (aunque me place admitir que existen tres ofrecimientos concretos que me mantienen motivado a mejorar mi salud física). No soy una autoridad en el cuidado de mi imagen y reconozco haber descuidado de más mis hábitos alimenticios (380 lbs dan fe de ello…) pero voy a robarle por un momento a los dietistas y las muy reconocidas autoridades de la “salud y el fitness” una de sus frases preferidas:
SOMOS LO QUE COMEMOS
Mi desintoxicación se volvió un clamor después de descubrirme compulsivamente abriendo mi teléfono una y otra y otra vez (no exagero si digo entre 35-40 veces al día) para chequear que nueva cosa me decían las redes sociales… Facebook se me convirtió en un interminable muro de vídeos sobre bromas de dos personajes disfrazados de “sacerdote y religiosa” besándose en plena calle para captar la reacción de los transeúntes; cuando no era eso, llegaba la intragable lista de invitaciones a jugar PokerZillion, Farm-losophy, LasVegas-Casino, Horosco-Thon y un larguísimo etcetera; luego llego el video de gente filmando con sus celulares accidentes de autos, motos, sierras, peleas de niños, de gatos, de perros, de gallos y de peces beta (que nadie se ria que esto se está poniendo serio). La ultima moda fue el IceBucketChallenge… Si no era por Facebook, los 15 seg de video de Instagram eran suficientes (QUE NADIE COMIENCE A SACAR CONCLUSIONES ACERCA DE MIS CRITICAS… YA DIJE QUE ESTO IBA A ESTAR LARGO PORQUE RECIÉN COMIENZO CON LA INTRODUCCIÓN, Estoy como a 2000 palabras de distancia del corazón de mi reflexión así que guarden las armas). Y luego vino mi terremoto personal. El “Desafío de Oración” una especie de “cristianización” del IceBucketChallenge concebido seguramente en la mente de alguien (o algunos) con la mejor intención del mundo, no pongo eso en duda. Es más, Maria José me desafió por instagram para que me lanzara el cubo de agua helada… Y al final termine haciendo mi pequeña donación siguiendo el espíritu de apoyo a buenas causas. Pero cuando se hizo popular el desafió de la oración nadie me nominó… No critico a nadie por haberlo hecho, es más… Me gocé viendo como muchos amigos se lo tomaron en serio y por 7 días actualizaron sus status dando gracias en particular por algo y pidiendo a otros que hicieran lo mismo.
A mi me interpeló el desafío… Volviendo a “somos lo que comemos” quien en su sano juicio come Salmón con “Corn Flakes” o Steak con Popcorns. Me puse goloso… No quería solo 7 días de oración y agradecimiento para estar a la moda de la red social, quería convertir mi vida en un desafío constante. No desafiar a otros a hacerlo sino desafiarme a mi mismo. Me gusta el “corn flakes” (Yessica es la única con derecho a desmentirme pues sabe que por encima del “corn flakes” siempre estarán para mi los “cheerios”), no tengo absolutamente nada en contra de las cotufas pero cada cosa tiene su momento… Y el mio resulto ser uno mas refinado… No por mi propio merito sino por el deseo incontrolable de agradar a Dios.
Uno de los mas inmediatos resultados de mi desintoxicación de esa realidad “virtual” que he disfrutado mucho es retomar mi gusto por la buena lectura y ¿cómo no comenzar por mi vieja amiga y maestra entrañable Sta Teresa de Jesús?. Sobre esto que acabo de hablar (el incontrolable deseo de agradar a Jesús) ella escribió:
“no es otra cosa el alma del justo sino un paraíso a donde dice El (Dios) tiene sus deleites”
Y para mi era necesario apartarme… Conozco gente que pudiera estar en una dependencia a las redes sociales “nivel 16” pero mi comentario no desea reprender a nadie más que a mi. Quizás para ellos es una herramienta de trabajo, un método de ajuste para alguna dura realidad o simplemente un modo de hacerle “bien” a los que lo leen. Aplaudo esa valentía… A mi se me tornó en aburrimiento.
Cuando estudie la secundaria no existía nada de eso y no soy tan viejo pues estoy entrado en mis 36 (si Yessica, ya sé mi amor… Tampoco es que estoy tan jovencito). Cuando por las mañanas el Sr. Elio nos daba el aventón a Pablo y a mí junto con Carla a las 7:00 am para llegar al salon de 8vo grado, mi mama no volvía a saber de mi hasta que llegara a casa (haciendo el camino a pie desde Guacara con mi entrañable amiga Francis Centeno) pasadas las 2 de la tarde… Y el mundo seguía siendo mundo sin entrar al internet cada 8 minutos como ahora. Sabia de mis amigos y mis amigos sabían de mi a través de una ancestral practica peligrosamente en desuso en estos días “nos sentábamos a conversar” ninguno tenia un celular en la mano, digo más, ninguno tenia un celular “en su vida”, y el mundo seguía siendo mundo. Hay gente que literalmente NO PUEDE apartar el telefono de su mano… O la tableta de su bolso. Las justificaciones más fantásticas llegan cuando les piden pongan su telefono a vibrar (o ponerlos aparte) y los insultos toman forma en la punta de la lengua cuando algún inocente solicita amablemente que lo apaguen. Queremos estar conectados “siempre” pero; ¿Con cual realidad? ¿La que nos sobrepasa?, ¿una que no pone limites a lo humano o al espacio vital físico de cada persona…? El perfil de Instagram de Floyd Mayweather tiene casi 4 millones de seguidores y hay gente soñando con cargar una mochila de dinero en efectivo porque así es el éxito según el “MoneyMaker”. No satanizo a nadie pero hay que encender las alarmas cuando Justin Bieber (para mi gusto lo mas lejano a un “role-model”) es seguido en Instagram al momento de escribir esto por 21.055.395 personas. Si las personas que necesitan estar involucradas en su “aqui y ahora” están dejándose seducir por la fabulosa vida de Rihanna (85.001.512 likes en su pagina de facebook al momento de escribir esto) esto no puede llamarse realidad ni remotamente admitir que tenemos bajo control el efecto del mundo virtual en nuestras vidas.
Puede que aún exista alguien que no capture mi esencia… Estoy escribiendo desde mi Ipad, tengo un Iphone, en mi Ipod tengo mas de 19.000 canciones (entre las que también tengo de Rihanna) no es demonizar los medios, es reaccionar ante la alienación virtual.
Antes se resolvían los conflictos entre amigos conversando. Ahora se disparan indirectas en los muros de Facebook. Hace aproximadamente una o dos semanas pasé por un tremendamente desagradable momento con alguien a quien respeto… Sentí que insultó mi inteligencia y me hizo sentir que no era digno de su confianza aún cuando sistemáticamente he hecho todo por ganármela. Mi reacción primitiva fue agarrar el teléfono, abrir el app de Facebook y comencé a drenar mi rabia contra el muro. Recapacité… Lo reescribí, al revisarlo lo borré y lo intenté de nuevo… nunca publique nada y bendigo a Dios porque Yessica siempre esta ahí para, con esa serenidad y sabiduría que heredó de la Sra Bienvenida y el Sr. Cruz, calmar mis “caballos” pero inevitablemente la luz roja indicaba que algo no estaba funcionando bien en mis reacciones, en mi concepción de la realidad. Como puedo conversar de mis frustraciones o mis rabias con un teclado de teléfono inteligente y no con seres humanos de carne y hueso??? Algo necesitaba urgentemente corregirse.
Las redes sociales eran “según mi humilde apreciación” para acercar a quienes están lejos, no para reemplazar nuestras relaciones interpersonales. Deseamos cada dias teléfonos más inteligentes pagando el precio de nuestro propio “embrutecimiento”, hoy son como “grilletes” encadenados no en el pie sino en las manos como una obligatoria continuación de nuestro sistema óseo.
Y al “deslastrarme” de las redes sociales… Que me queda?
Si “soy lo que como”… Ya no quiero mezclar lo sublime y lo profano. La desintoxicación me llevará a: Hacerme más sensible al que extraña mi conversación. Volver a leer por el placer de crecer en la virtud. Revisar mis convicciones…
Y en REVISAR MIS CONVICCIONES quiero reflexionar un poco más extensamente.
Por definición, una convicción es: “el convencimiento que se tiene sobre algo. Se trata de poseer razones o creencias que permitan sostener un determinado pensamiento, discurso o acción”
Si para alguien es “gracioso” hacer chistes sobre la religión o “liberador” deshacerse en insultos sobre determinada situación propia o extraña, al hacerme un adepto a estas practicas no estoy haciendo mas que reforzando esas creencias y otorgando razones a esas acciones cuando la verdad me son aborrecibles.
Me fastidia por convención social escuchar cristianos mintiendo con ligereza. Enseñar “hermosisimo” sobre la doctrina del perdón y del evangelio del Amor pero gobiernan sus vidas privadas por la ley del “Talión”. Gente de “conversar cristiano” pero solo para ciertos hermanos pues hay un grupo al que no les dirigen la palabra porque me hicieron una jugada muy sucia y me la tienen que pagar dentro de la iglesia, dentro del trabajo o dentro de la casa. ¿A cuanta gente convertiríamos al evangelio si diésemos testimonio de uno de los más grandes anhelos de nuestro Señor Jesucristo: “QUE SE AMEN”, dejando a un lado las soberbias que me separan de mi semejante?.
Gente que culpa a Dios de su enfermedad, de su mala fortuna o de su estancamiento personal pero son incapaces de revisar sus “convicciones”. Tomando a Dios por empleado: prosperaME, sanaME, bendiceME, liberaME pero cuando no les queda otra palabra que CÁMBIAME deciden que ya esta bueno por hoy pues no quieren avasallar a Dios con tanta pedidera.
Yo adelanto en medio de este proceso un anhelo bien bonito… Ojalá Dios respalde mi aspiración (que seguramente ha de ser Suya antes que mía). Este blog personal ha hecho bien a muchas personas. Me lo han escrito y me lo han manifestado, mi intención nunca fue “reconocimiento”, nació como una manera de disciplinar un poco mejor mi diario espiritual con la particularidad de que no lo podría mantener en privado… Varios párrafos más arriba hablaba de un deseo incontrolable de agradar a Dios y su mayor gozo es cuando los hombres vienen a sus pies para reconocerle como Señor. Puede que muchos sepan que estoy al frente de las responsabilidades en la Radio Web “La Voz de Jesús” y los alcances que este proyecto ha venido teniendo se pierden de vista por eso, hay un par de proyectos que tengo en oración y quisiera que cada persona que haya tenido la fortaleza de llegar a este punto en la lectura me acompañe intercediendo pues aunque en esencia puedo intuir el “ABC” del proyecto, siento que me “siguen dictando” desde arriba para llevar a cabo algo que agrade al corazón de Dios.
En tanto mi corazón persevere en esta desintoxicación creo será cada vez más posible que Dios allane el camino para servirle desde nuevos flancos, “con nuevo ardor y nuevos métodos”….. Amén!